sc8rpi8n
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Buenas a todos,
Como todos los miércoles, hoy tocaba D&D Encounters. Se está convirtiendo en un vicio peligroso esto de jugar a D&D todos los miércoles XD
Para esta sesión estábamos: yo y mi monje githzerai, la cambiante buscadora (mi colega), el bardo humano Brandis y el paladín dracónido El Sin Nombre (3 partidas y sigue sin bautizarlo XD). Pena del enano taponcillo que no ha podido asistir, el jugador estaba enfermo creo.
Bueno, tras salir pitando del encuentro anterior para que no nos cayese una lluvia de cascotes, nos encontramos bajando unas escaleras hacia las profundidades. Salimos a una sala con una salida en forma de pasillo, y en éste 3 puertas: En el Norte, Este (ésta estaba entreabierta) y Oeste respectivamente.
Al poco de entrar nos saluda una voz diciendo algo así como que para continuar tenemos que usar la bendición del maestro. Tras varias tiradas y roleo descubrimos que puede referirse al nombre que un maestro da a su pupilo.
Como ya andábamos un poco mal de recursos (yo en concreto no pero el enano bárbaro estaba a 0 de esfuerzos) decidimos investigar un poco la habitación inspeccionando las puertas. Vemos que no tiene cerradura ni pomo, por lo que probablemente sólo una palabra de paso nos permita abrirlas.
Hacemos el descanso prolongado de rigor, y nos dirigimos a la puera del Este. Entramos en lo que parecen ser los aposentos de uno de los aprendices de Haláster, con muebles y libros tirados por el suelo como si los hubiesen revuelto.
Encima de la cama presenciamos una escena "peculiar". Según el máster, un espectro estaba haciéndole cosas feas a una fantasma (absorbiéndole la esencia). Tratamos de superar nuestra sorpresa (no sin varias coñas verdes XD) y el paladin le muestra el símbolo sagrado al espectro, intentando ahuyentarle.
Le ataca sin mucho éxito y el espectro se pira atravesando una pared y dejando un nombre escrito en sangre en la misma.
La fantasma por su parte desaparece de la estancia, dejándonos a oscuras. Es verdad, se me había olvidado mencionar que lucía como un gusiluz cualquiera. Pues ahí estamos a oscuras intentando encender una antorcha cuando al palata le pegan un ñaco en la pata de dracónido.
"Tirad iniciativa", dice el máster.
Ya por fin encendemos la antorcha y vemos el percal: un grupo de ratas sale de sus escondrijos (estaban asustadas por la presencia de los espíritus) y se lanzan a por nosotros.
La oposición la componen unas cuantas ratas gigantes (esbirros creo que de nivel 1 o 2), 2 ratas terribles (brutos de nivel 2 creo) y un enjambre de ratas (hostigador nivel 3). Os podéis imaginar el canguis que me entra al ver un enjambre. Para los poco puestos en las reglas, os diré que la forma eficiente de matarlos es usar ataques cercanos (estallidos o explosiones) o bien ataques de área, ya que sufren daño adicional (en este caso 5); y sólo la mitad de daño en caso de ser ataques a distancia o cuerpo a cuerpo.
El problema es que los únicos ataques de área que tenemos son mi poder a voluntad de las 5 tormentas, el de encuentro del bardo y el diario de la buscadora. El desafío divino del palata también les hace el daño adicional porque es una explosión (confirmado, aunque parezca raro) pero no lo cuento porque el jugador que lleva el paladín va un poco a su bola y es difícil hacer táctica con él.
Esta tarde he tenido bastante suerte con las tiradas, y en el primer turno ya se ha dejado notar. Hemos tenido la suerte de que una de las ratas terribles estaba a una casilla de distancia del enjambre, así que me desplazo dos casillas y les meto las 5 tormentas. Les doy a los dos y le meto el daño adicional de la ráfaga de golpes a la rata terrible (el enjambre sufre solo la mitad al ser cuerpo a cuerpo).
Pienso que puede ser una buena opción darles más caña y me gasto el punto de acción repitiendo la jugada, otra de 5 tormentas para los bichos (como me gusta este poder). Dejo maltrechos a los dos bichejos. Estupendo.
El resto de compañeros va atacando a los otros enemigos: el bardo hace el ataque de encuentro shout of triumph (creo que se llama así) y se carga al enjambre de ratas; el palata se enzarza con unas ratas gigantes y la otra rata terrible; y la cambiante intenta no fallar con sus ataques (hoy ha tenido mejor suerte que el otro día pero aún así ha fallado mogollón).
Creo que ha sido en el segundo o tercer turno cuando de unas estanterías se nos ha unido otro monstruito a la pelea, un homúnculo tipo Clay Scout (creo que es de nivel 3, no recuerdo el rol). El bicho cabroncete éste tenía un ataque a distancia que te dejaba atontado (salvación termina) lo cual es una guarrada de mucho cuidado. Además cuando estabas atontado el bichejo era invisible para el afectado.
Al principio ataca a la cambiante y después se centra en el bardo. El resto van terminando con las ratas que quedaban (a estas alturas sólo una terrible y una gigante) y yo me pongo a flanquear con el paladín al homúnculo este para quitárnoslo de encima.
Resulta que la criaturita maja tiene una interrupción inmediata que hace que un ataque c/c o a distancia sea redirigido contra un enemigo adyacente. Total que el bardo le ataca, y la torta me la como yo. En este punto el máster intenta meternos más de una vez por asalto dicho ataque (^_^ te hemos pillado querido DM) y adecuadamente le informo que sólo tiene una acción inmediata entre turno y turno. Uff ¡de la que nos hemos librado!.
Pimpampum un par de tortas más y el bicho es historia. Tras el combate registramos la habitación y encontramos un diario del aprendiz de haláster, con varios detalles.
Y ahí lo hemos dejado.
La sesión ha estado entretenida. Yo como he tenido suerte con las tiradas, y la estrategia de machacar pronto al enjambre ha salido bien, estoy más que satisfecho con mi pj. Es una gozada la movilidad que tiene el monje y la variedad de los ataques. No me canso de decirlo.
El único punto negro relevante de la partida ha sido (en mi opinión) cuando el palata dracónido ha decidido que era una buena idea incluirme en su ataque de arma de aliento porque estaba entre medias de dos enemigos y quería darles a los dos. No solo me ha incluido sino que me ha golpeado, con el consiguiente daño (que no ha sido poco, siendo striker cada PG cuenta). Una jugada totalmente absurda teniendo en cuenta que con un desplazamiento podría haber atacado a otros dos enemigos (rata gigante y la otra rata terrible) sin daños colaterales. Evidentemente no se acaba el mundo, pero cuando obviamente había otra opción igual de óptima me parece una tontería dañar a un aliado para intentar golpear a unos monstruos.
Otra cuestión ha sido la descripción tanto de la sala como de la habitación y lo que en ella ocurría que no concordaba con lo que luego se ha visto en el mapa de batalla. Pero bueno, comprendo que el máster no tiene mucho tiempo para prepararse el módulo, y se agradece que nos haga las partidas aun estando liado.
El próximo miércoles no creo que hagamos partida, tanto por falta de jugadores como porque el máster esta sólo en la tienda y claro hay que atender a los clientes. Supongo que dentro de 2 semanas haremos 2 encuentros para compensar este retraso.
Saludos
Como todos los miércoles, hoy tocaba D&D Encounters. Se está convirtiendo en un vicio peligroso esto de jugar a D&D todos los miércoles XD
Para esta sesión estábamos: yo y mi monje githzerai, la cambiante buscadora (mi colega), el bardo humano Brandis y el paladín dracónido El Sin Nombre (3 partidas y sigue sin bautizarlo XD). Pena del enano taponcillo que no ha podido asistir, el jugador estaba enfermo creo.
Bueno, tras salir pitando del encuentro anterior para que no nos cayese una lluvia de cascotes, nos encontramos bajando unas escaleras hacia las profundidades. Salimos a una sala con una salida en forma de pasillo, y en éste 3 puertas: En el Norte, Este (ésta estaba entreabierta) y Oeste respectivamente.
Al poco de entrar nos saluda una voz diciendo algo así como que para continuar tenemos que usar la bendición del maestro. Tras varias tiradas y roleo descubrimos que puede referirse al nombre que un maestro da a su pupilo.
Como ya andábamos un poco mal de recursos (yo en concreto no pero el enano bárbaro estaba a 0 de esfuerzos) decidimos investigar un poco la habitación inspeccionando las puertas. Vemos que no tiene cerradura ni pomo, por lo que probablemente sólo una palabra de paso nos permita abrirlas.
Hacemos el descanso prolongado de rigor, y nos dirigimos a la puera del Este. Entramos en lo que parecen ser los aposentos de uno de los aprendices de Haláster, con muebles y libros tirados por el suelo como si los hubiesen revuelto.
Encima de la cama presenciamos una escena "peculiar". Según el máster, un espectro estaba haciéndole cosas feas a una fantasma (absorbiéndole la esencia). Tratamos de superar nuestra sorpresa (no sin varias coñas verdes XD) y el paladin le muestra el símbolo sagrado al espectro, intentando ahuyentarle.
Le ataca sin mucho éxito y el espectro se pira atravesando una pared y dejando un nombre escrito en sangre en la misma.
La fantasma por su parte desaparece de la estancia, dejándonos a oscuras. Es verdad, se me había olvidado mencionar que lucía como un gusiluz cualquiera. Pues ahí estamos a oscuras intentando encender una antorcha cuando al palata le pegan un ñaco en la pata de dracónido.
"Tirad iniciativa", dice el máster.
Ya por fin encendemos la antorcha y vemos el percal: un grupo de ratas sale de sus escondrijos (estaban asustadas por la presencia de los espíritus) y se lanzan a por nosotros.
La oposición la componen unas cuantas ratas gigantes (esbirros creo que de nivel 1 o 2), 2 ratas terribles (brutos de nivel 2 creo) y un enjambre de ratas (hostigador nivel 3). Os podéis imaginar el canguis que me entra al ver un enjambre. Para los poco puestos en las reglas, os diré que la forma eficiente de matarlos es usar ataques cercanos (estallidos o explosiones) o bien ataques de área, ya que sufren daño adicional (en este caso 5); y sólo la mitad de daño en caso de ser ataques a distancia o cuerpo a cuerpo.
El problema es que los únicos ataques de área que tenemos son mi poder a voluntad de las 5 tormentas, el de encuentro del bardo y el diario de la buscadora. El desafío divino del palata también les hace el daño adicional porque es una explosión (confirmado, aunque parezca raro) pero no lo cuento porque el jugador que lleva el paladín va un poco a su bola y es difícil hacer táctica con él.
Esta tarde he tenido bastante suerte con las tiradas, y en el primer turno ya se ha dejado notar. Hemos tenido la suerte de que una de las ratas terribles estaba a una casilla de distancia del enjambre, así que me desplazo dos casillas y les meto las 5 tormentas. Les doy a los dos y le meto el daño adicional de la ráfaga de golpes a la rata terrible (el enjambre sufre solo la mitad al ser cuerpo a cuerpo).
Pienso que puede ser una buena opción darles más caña y me gasto el punto de acción repitiendo la jugada, otra de 5 tormentas para los bichos (como me gusta este poder). Dejo maltrechos a los dos bichejos. Estupendo.
El resto de compañeros va atacando a los otros enemigos: el bardo hace el ataque de encuentro shout of triumph (creo que se llama así) y se carga al enjambre de ratas; el palata se enzarza con unas ratas gigantes y la otra rata terrible; y la cambiante intenta no fallar con sus ataques (hoy ha tenido mejor suerte que el otro día pero aún así ha fallado mogollón).
Creo que ha sido en el segundo o tercer turno cuando de unas estanterías se nos ha unido otro monstruito a la pelea, un homúnculo tipo Clay Scout (creo que es de nivel 3, no recuerdo el rol). El bicho cabroncete éste tenía un ataque a distancia que te dejaba atontado (salvación termina) lo cual es una guarrada de mucho cuidado. Además cuando estabas atontado el bichejo era invisible para el afectado.
Al principio ataca a la cambiante y después se centra en el bardo. El resto van terminando con las ratas que quedaban (a estas alturas sólo una terrible y una gigante) y yo me pongo a flanquear con el paladín al homúnculo este para quitárnoslo de encima.
Resulta que la criaturita maja tiene una interrupción inmediata que hace que un ataque c/c o a distancia sea redirigido contra un enemigo adyacente. Total que el bardo le ataca, y la torta me la como yo. En este punto el máster intenta meternos más de una vez por asalto dicho ataque (^_^ te hemos pillado querido DM) y adecuadamente le informo que sólo tiene una acción inmediata entre turno y turno. Uff ¡de la que nos hemos librado!.
Pimpampum un par de tortas más y el bicho es historia. Tras el combate registramos la habitación y encontramos un diario del aprendiz de haláster, con varios detalles.
Y ahí lo hemos dejado.
La sesión ha estado entretenida. Yo como he tenido suerte con las tiradas, y la estrategia de machacar pronto al enjambre ha salido bien, estoy más que satisfecho con mi pj. Es una gozada la movilidad que tiene el monje y la variedad de los ataques. No me canso de decirlo.
El único punto negro relevante de la partida ha sido (en mi opinión) cuando el palata dracónido ha decidido que era una buena idea incluirme en su ataque de arma de aliento porque estaba entre medias de dos enemigos y quería darles a los dos. No solo me ha incluido sino que me ha golpeado, con el consiguiente daño (que no ha sido poco, siendo striker cada PG cuenta). Una jugada totalmente absurda teniendo en cuenta que con un desplazamiento podría haber atacado a otros dos enemigos (rata gigante y la otra rata terrible) sin daños colaterales. Evidentemente no se acaba el mundo, pero cuando obviamente había otra opción igual de óptima me parece una tontería dañar a un aliado para intentar golpear a unos monstruos.
Otra cuestión ha sido la descripción tanto de la sala como de la habitación y lo que en ella ocurría que no concordaba con lo que luego se ha visto en el mapa de batalla. Pero bueno, comprendo que el máster no tiene mucho tiempo para prepararse el módulo, y se agradece que nos haga las partidas aun estando liado.
El próximo miércoles no creo que hagamos partida, tanto por falta de jugadores como porque el máster esta sólo en la tienda y claro hay que atender a los clientes. Supongo que dentro de 2 semanas haremos 2 encuentros para compensar este retraso.
Saludos