Skotos
New member
Buenas a todos. Antes de nada, pretendo con este hilo pedir sugerencias a la hora de afrontar este dilema, no pedir una solución a la carta. Agradezco por adelantado cualquier ayuda que se quiera prestar.
El tema es el siguiente:
- Conversando con uno de mis jugadores sobre el trasfondo de su personaje, el asunto derivó hacia conceptos raros. No me preguntéis por qué, pero la cosa acabó en una discusión sobre monstruos icónicos de D&D. El jugador en cuestión es un apasionado de los dragones (le han gustado desde siempre, aún antes de meterse en D&D), y me estuvo preguntando cosas sobre cómo aparecen ellos en D&D. El tema está, en que hablamos sobre el Draconomicón, sobre personajes dragones, y de repente se nos ocurrió la siguiente idea:
¿Sería tan descabellado llevar a un Dragón, no cómo monstruo, sino como jugador?
He de explicar este planteamiento. Suelo ser contrario a llevar monstruos como personajes; esto, en mi opinión, rompe bastante la esencia de D&D, fomenta el munchkineo y tiende a hacer grupos más raros que un perro magenta. Pero si echamos la vista atrás, no son tan raras las Clases de Prestigio que permitían a personajes aproximarse a bichos icónicos (Discípulo de Dragón, Cambiantes, etc). Yo no estoy dispuesto a empezar una campaña con un personaje que sea un Dragón Joven de nivel 3 (ni él tampoco); la cosa estaría en una especie de conversión, paulatina. Al principio el personaje no sería distinto a cualquier aventurero clásico de nivel 3; a medida que subiera sería cuando desarrollara su esencia monstruosa, a modo de reconciliación con una naturaleza que poseía en una anterior encarnación, pero que ahora recupera.
Es decir: lo que busco es una Temática, una Senda de Parangón, o algún sistema de subida que no desequilibre al personaje (es decir, lo haga mucho más poderoso que el resto del grupo), sino en todo caso concederle "poderes" y habilidades que sustituyan las recompensas habituales (oro, objetos mágicos, etc). El objetivo es permitirle el rol, no chetarle gratuitamente.
¿Qué opináis al respecto? ¿Cómo creéis que podría afrontar este problema mejor?
Sé que algunos vendrán con la respuesta "mejor que no se haga cosas raras"; sin embargo, el hecho es que quiero llevar esto a cabo, y aunque comprenda que alguno pensará que es una ida de olla, cosas más raras he visto y la verdad, creo que nunca he visto siquiera un intento de equilibrarlas.
Saludos.
El tema es el siguiente:
- Conversando con uno de mis jugadores sobre el trasfondo de su personaje, el asunto derivó hacia conceptos raros. No me preguntéis por qué, pero la cosa acabó en una discusión sobre monstruos icónicos de D&D. El jugador en cuestión es un apasionado de los dragones (le han gustado desde siempre, aún antes de meterse en D&D), y me estuvo preguntando cosas sobre cómo aparecen ellos en D&D. El tema está, en que hablamos sobre el Draconomicón, sobre personajes dragones, y de repente se nos ocurrió la siguiente idea:
¿Sería tan descabellado llevar a un Dragón, no cómo monstruo, sino como jugador?
He de explicar este planteamiento. Suelo ser contrario a llevar monstruos como personajes; esto, en mi opinión, rompe bastante la esencia de D&D, fomenta el munchkineo y tiende a hacer grupos más raros que un perro magenta. Pero si echamos la vista atrás, no son tan raras las Clases de Prestigio que permitían a personajes aproximarse a bichos icónicos (Discípulo de Dragón, Cambiantes, etc). Yo no estoy dispuesto a empezar una campaña con un personaje que sea un Dragón Joven de nivel 3 (ni él tampoco); la cosa estaría en una especie de conversión, paulatina. Al principio el personaje no sería distinto a cualquier aventurero clásico de nivel 3; a medida que subiera sería cuando desarrollara su esencia monstruosa, a modo de reconciliación con una naturaleza que poseía en una anterior encarnación, pero que ahora recupera.
Es decir: lo que busco es una Temática, una Senda de Parangón, o algún sistema de subida que no desequilibre al personaje (es decir, lo haga mucho más poderoso que el resto del grupo), sino en todo caso concederle "poderes" y habilidades que sustituyan las recompensas habituales (oro, objetos mágicos, etc). El objetivo es permitirle el rol, no chetarle gratuitamente.
¿Qué opináis al respecto? ¿Cómo creéis que podría afrontar este problema mejor?
Sé que algunos vendrán con la respuesta "mejor que no se haga cosas raras"; sin embargo, el hecho es que quiero llevar esto a cabo, y aunque comprenda que alguno pensará que es una ida de olla, cosas más raras he visto y la verdad, creo que nunca he visto siquiera un intento de equilibrarlas.
Saludos.