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Earthdwan IV: La Senda del Adepto

Svargth

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“El siguiente ensayo de Ilkith Fandor, trovadora y forjadora humana, habla de asuntos pertenecientes a todas los Disciplinas. Como adepto de múltiples disciplinas, y se habiendo usado su
versatilidad para aprender talentos de otras disciplinas, Fandor (a juicio de la Biblioteca) posee cualidades únicas para enseñar sobre los elementos comunes de la vida de todos los adeptos ". A petición mía, su ensayo también incluye una breve discusión de múltiples disciplinas y de menor importancia”
-Presentado por el lector Derrat, asistente de la Ciudad de Yistane, 1507 TH




DISCIPLINA E IDENTIDAD

Cuando un Dador de nombre se convierte en un adepto, se adentra en un camino que le cambiará para siempre. El adepto adquiere habilidades nuevas y maravillosas que hacen que la gente común se queden boquiabiertos de asombro o se arruguen del miedo, pero este cambio externo es la  parte menos importante de la transformación que sufren. Muchos jóvenes adeptos se embarcan en una disciplina pensando simplemente aprender dichas habilidades, pero pronto descubren que no pueden ejercer esos talentos sin cambiar sus corazones y mentes.
La senda del adepto es mucho más que un conjunto de misteriosos poderes. Es una forma de pensar, de ver y de conectar con los demás y el mundo. Las espectaculares facultades que los profanos admiran y envidian son un mero beneficio incidental de seguir una disciplina.
El uso de nuestros talentos nos conecta de la forma más profunda con nuestro Patrón interior. Es dicha conexión, no el talento, que es la esencia de la vida como un adepto. Para un seguidor de la disciplina del guerrero, golpear a un oponente con un arma es más que una forma para que ese oponente muerda el polvo.  Al usar con éxito utilizando un talento de su disciplina, durante un instante se vuelve uno con las verdades eternas de la creación.
Un observador externo puede ver a dos seguidores de diferentes disciplinas usando lo que parece ser el mismo talento, pero puede estar seguro de que cada uno de esos adeptos experimentan el uso del talento de forma completamente diferente. Cuando un guerrero golpea a un oponente con un arma, es infundido de una comprensión primordial de la fuerza como medio de triunfo sobre los demás. Si yo golpeo a un oponente a través de mi disciplina de forjador, experimento una revelación sobre la naturaleza de la espada que estoy manejando y por ende de todas las espadas en general. Mi oponente no puede ver ninguna distinción significativa entre mi golpe y el que realiza un guerrero, pero ambos vivimos el acto de maneras muy diferente.


INDIVIDUALIDAD Y LA SENDA DEL ADEPTO

Ser un adepto implica mucho más que adherirse a un canon estricto de reglas. No hay una sola manera de ser un armero, trovador, o cualquier otro tipo de adepto. Más aún, el adepto debe ser fiel a una visión personal de su disciplina. Las leyendas de grandes forjadores y trovadores del pasado me inspiran, pero yo no estoy obligado a imitar su comportamiento. Debo forjar mi propio camino, o no sería un verdadero adepto. Debo encontrar a mi camino en el interior de mi ser, reformulando mi disciplina elegida a fin de adaptarla a mi propio corazón y alma.
Por supuesto, esta visión de la propia disciplina no surge de la nada, ni es infinitamente mutable. Ninguna persona en su sano juicio podría pensar que es posible ser un guerrero pacifista, o un señor de las bestias que detesta a los animales. De hecho, ningún pacifista o un enemigo de los animales buscarían seguir dichas disciplinas.
El adepto tampoco puede cambiar la visión de su disciplina por capricho o por conveniencia.
Así como percibimos nuestra disciplina, somos moldeados y determina como actuamos. Si un jinete siempre ha pensado en su disciplina como una unión entre él y su montura, no abandonará fácilmente a su montura en el fragor de batalla. Sin embargo, un jinete que entiende su disciplina como el medio de dominar a su montura y forzarla a hacer su voluntad podría tratarla como un simple recurso prescindible y no sufrir ninguna penalización. Por supuesto, al tal jinete no le será fácil inspirar lealtad extraordinaria en cualquier montura. Cualquier auto definición de la senda del adepto viene con sus desventajas y beneficios.

Entrenar a un Dador de nombre para que se adentre en la senda del adepto implica enseñar  al estudiante a pensar como un adepto, y por lo tanto el maestro tiene una influencia incalculable en la visión del estudiante de su disciplina, sobretodo cuando el alumno comienza a aprender la senda por primera vez.
Muchas de mis creencias más profundas acerca de mi lugar en este mundo y mi disciplina me fueron transmitidos por los maestros que me iniciaron.
Al igual que los estudiantes de cualquier disciplina, tomé todos los pronunciamientos de mis maestros como verdades indiscutibles destiladas desde los albores de los tiempos, y aunque sin duda he encontrado  mis propias verdades más allá de esas primeras lecciones, los principios que me enseñaron constituyen la base sobre la que se basa todo mi comprensión de las dos disciplinas que sigo hoy en día.
Otros fragmentos de nuestras vidas individuales también tienen su importancia vital. Escuchar cuentos infantiles acerca de los grandes adeptos del pasado de Barsaive, haber visto las acciones llevadas a cabo por un adepto en una localidad vecina, proverbios y parábolas sobre el funcionamiento de nuestro mundo mágico, todas ellos ayudan a que nos formemos un conjunto de ideas propias acerca de como los seguidores de una disciplina concreta deben actuar.
Sin esos conceptos y anhelos tempranos, no hubiera seguido la senda que me ha llevado a ser lo que soy actualmente.
Y como lo ha sido conmigo, de la misma forma sucede con todos los demás adeptos de Barsaive. Todos somos conscientes de nuestras disciplinas a través del marco de lo que aportamos a ellas, así como a través de lo que son.


CONVERTIRSE EN UN INICIADO

Para convertirse en un adepto se requiere dos cualidades que rara vez aparecen juntos en el alma de un Dador de nombre:  la apertura a nuevas experiencias, y la habilidad de dedicarse a una estilo de vida específico. He tratado de enseñar a más de un estudiante prometedor y fallé en mi empeño simplemente porque el estudiante no podía captar la combinación necesaria de aceptación y cuestionamiento necesario para convertirse en un adepto.
También se necesita un cierto grado de robustez física, posiblemente porque es necesario hacer gala de cierta fortaleza para hacer frente a las desgaste de activar los talentos.
Sea cual sea las razones, aquellos cuyo Patrón verdadero se encuentra afectado por una enfermedad grave o discapacidad no pueden convertirse en adeptos. Si combinamos los requisitos físicos y mentales necesarios, calculo que sólo uno de cada veinte Dador de nombre tienen lo que hace falta para seguir la senda de una disciplina.
La enseñanza puede tomar tiempo, pero la iniciación es rápida. Ya sea el aprendizaje de toda una nueva disciplina o el aprendizaje de un nuevo talento dentro de una disciplina, los adeptos aprenden a través de destellos repentinos de visión, deslumbrantes pellizcos de discernimiento a medida que la magia  fluye a sus Patrones verdaderos. Esta relativa facilidad de aprendizaje es una de las principales ventajas que los adeptos disfrutan en comparación con los que no siguen la senda del adepto.
Muchas de las habilidades que muestra un adepto se pueden aprender a través de medios mundanos, pero en comparación dichas lecciones son aprendidas lentamente y con mucho sacrificio. La senda del adepto combina una visión práctica y mágica que acelera el proceso de aprendizaje mediante la enseñanza del espíritu, el cuerpo y la mente.
En muchos casos, los rituales de iniciación someten al futuro adepto a perturbaciones repentinas, tanto físicas y mentales, a fin de estimular una comprensión más profunda. He conocido adeptos que han usado catalizadores como sustancias tóxicas o embriagantes, ayunos, meditación, música extática, acertijos e incluso la tortura.  Todos estos nuevos métodos pretender abrir al iniciado a nuevas formas de percibir el mundo. A través de su nueva percepción, la mente del iniciado y su  espíritu se pueden conectar al corazón de su disciplina, y esta conexión se convierte en una parte permanente del Patrón verdadero del adepto.
 
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