Sueños de grandeza

An_Tuan

Member
Hola a todos!

Esta fue una de mis seccines favoritas desde que entré por primera vez en este foro y poco a poco me he ido enamorando de los diferentes relatos que se han colgado. Felicidades a todos porque me han encantado. Pero soy muy picón, y después de leerlos me he aventurado a crear mi propio relato. Es el primero que escribo, espero que os guste.

Un saludo para todos

- Vamos Yeltar, la guardia es larga y este bosque parece el sitio más tranquilo y seguro en el que hemos estado en las últimas dos semanas, incluso mucho más que la última posada, tan llena de chinches y mosquitos.
Siéntate conmigo junto al fuego y mientras nuestros compañeros descansan, brindemos por los días que están por llegar. No hay necesidad de realizar rondas por ahora, pues no hace mucho que acabas de recorrer todo el perímetro.
- Está bien, necesito descansar un rato.
- ¡Brindemos por Raklor! … no me mires así, después de todo, son sus últimos días de vida. Los últimos días de uno de los peores villanos a los que nos hemos enfrentado y el cual nos hará pasar a la historia.
¡Ay amigo mío! Estamos haciendo historia. Todavía no lo puedo creer. Todos estos años de sacrificio por fin nos llevan hacia algo más importante que los tesoros o las mujeres de perfumes baratos que albergan las tabernas que visitamos de todo Faerûn, después de todo este tiempo pasaremos de boca en boca y de generación en generación porque los bardos cantarán nuestra heroica gesta y las madres, arrullarán a sus hijos con el cantar de nuestras épicas batallas para espantar sus peores fantasmas.
Perdona que me emocione, no son más que lágrimas de un soñador. Vosotros sin embargo habéis cabalgado por toda esta tierra siendo anunciados por heraldos, vitoreados por grandes señores y precedidos de vuestra propia leyenda. Jamás pensé que podría ponerme a vuestra altura… jamás pensé que me convertiría en uno de vosotros. Aunque creo que he luchado y sangrado lo suficiente como para disfrutar de este momento, ¿no crees?
- Ten esto claro: siempre has sido uno de nosotros… ¡Por Raklor!
- Así me gusta viejo amigo. ¡Que los últimos días de ese miserable sirvan de festejo y que esta noche, fría y llena de estrellas, sea testigo de nuestros embriagados alientos que juran sin cesar una y otra vez al unísono, que acabarán con el mal que se ha levantado!
Lo sé, debería bajar la voz, pero parece que nuestros compañeros duermen plácidamente. ¡Deja que sueñen!  Sueños de alegría y paz, todo aquello por lo que hemos luchado en estos últimos años y que han intentado arrebatarnos.
¡Sí, amigo mío! Este es nuestro momento. Las hordas interpuestas en nuestro camino, los dragones abatidos, las criptas recorridas e incluso las peleas de taberna ,no son nada comparado con este instante.
¡Vamos, vamos! ¡Llena la copa!... ¡Por nosotros!
- Es un poco peleón, ¿verdad?
- ¡Qué quieres! Ese maldito enano se ha bebido mi mejor pellejo de vino y ahora sólo me queda esto hasta que hagamos una parada en el próximo pueblo. No pongas esa cara de desolación, habrá un próximo pueblo.
Nunca has dado un paso en falso, tu rectitud y buen hacer nos han llevado a la victoria en cada lucha, Kélembor casi nos juzga en innumerables ocasiones, pero siempre has estado ahí, siempre has evitado que nos lleve el sueño eterno y todo esto simplemente por luchar para aquellos que no pueden defenderse y sin pedir nada a cambio. Te admiro.
Yo sin embargo necesito algo más, algún incentivo sustancioso que permita saciar mi sed de gloria, quiero la historia, quiero el poder que se consigue sólo con la inmortalidad en vida, con la perdurabilidad de nuestros actos a través de los siglos.
¡Permíteme que vuelva a llenarte la copa! Quiero que rebose como en aquellas épocas en las que nuestra mayor preocupación era gastar el botín conseguido y no como ahora. Tiempos oscuros, tiempos convulsos y de pérdidas, cosecha desgrana. No me atrevería a mirar atrás para exclamar un futuro similar a nuestro pasado pues el camino es incierto, pero si ante tal riesgo debo encaminarme, ¡qué mejor compañía que mis amigos y una copa llena!
- No debería beber más.
- Por….. ¡Laiara! Sabía que no podías negarte ante este brindis. Cuan hermoso es poseer el amor incondicional de una mujer y me atrevo a decir, que me perdonen los dioses, de primor similar a la mismísima Sune. Oh, no te sonrojes compañero, pues todos sabemos que el amor que ambos se procesan aunque no está confesado es por uno y otro sentido, ¿y hay algo más bonito que un amor correspondido?
Por otro lado, no creas que te envidio, pues cada noche yo me enamoro y cada noche me juran amor eterno, ¡qué fácil es ser querido con la cartera llena! Sin embargo he de reconocer que cuando mis días de gloria acaben en favor de espada con vigor perdido y valor extraviado en viejas aventuras, querré acabar como ahora, sentado junto al fuego, con una copa en la mano y sintiendo la suave brisa y el sonido de los árboles junto a mi compañera.
¿Sabías que Dejanhis, nuestro explorador, estaba totalmente embebido por ella? ¿Asombrado? No me extraña, es una caja de sorpresas. Pero lo mejor de todo son los poemas que en las largas noches de guardia o en las cálidas noches de vigilancia dedicaba a tu amada, susurrando a la oscuridad, intentando que la suave voz emanada llegase a sus oídos. ¿Cómo fueron sus alabanzas?... ¡Ah sí! Ya recuerdo: “Oh esplendor del alba que depositaste tus rayos más dorados sobre sus largos cabellos y las estrellas que hasta el final te aguardan en sus ojos plateados, y cuando tu luz se tornó roja…” 
- Ya han pasado más de tres horas, Laiara debería estar meditando.
- “… alumbrando su fulgurante silueta, culminada con sus grandes….”
- ¡Laiara!... ¡No se despierta!
- “Oh maravillosas telas de Calimshan, cuanto os envidio…”
- Voy a despertarla. ¿Qué ocurre? ¡No puedo moverme!
- Esencia de mandraque amigo mío. No te molestes. Como siempre eres el único que ha evitado la muerte. Brinda una vez y tendrás un ligero cosquilleo, con dos un leve entumecimiento mientras que con tres, se empieza a paralizar tu cuerpo. A partir de ahí quien sabe… quizá se paraliza el corazón…los pulmones….
- ¿Qué? ¡Pero cómo!... ¿Porqué?
- Les hice brindar compañero. Brindaron como nunca lo habían hecho antes, montones de veces y todas ellas, ¡brindamos por ti!. Mientras que hacías guardia, salvaguardándonos del peligro, ellos no podían negarse a brindar por su líder, su mejor amigo… su amante.
- ¡Laiara!
- Shhhhhh. Deja que sueñen viejo amigo.
 
Arriba