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Alas de Libertad I

An_Tuan

Member
En primer lugar me alegra decir que el nivel ha subido en esta sección, desde mi primer post y último de este lugar parece que se ha animado un poco la cosa. Aunque ha subido el nivel muchísimo con estas últimas aportaciones, me gustaría presentar un relato que espero que esté a la altura de lo realizado por mis compañeros. Es una breve introducción a una historia... bueno, más bien una partida narrada, que estoy escribiendo. Se titula Las Alas de la Libertad y se lo dedico a todos los que se pasan por esta sección y participan en ella. Un saludo.

Las Alas de la Libertad

El amanecer del octavo día se presentó frío y pálido por la espesa niebla que cubría Farlain, apenas si se podía distinguir a los árboles desnudos por el cruel invierno, parecían sombras retorcidas que enmarañaban las capas de los soldados. El suelo, enlodazado bajo un manto de hojarasca, dificultaba la marcha del séquito, demorando aún más su llegada.
Ara miró a sus espaldas para comprobar si los soldados podían seguir el paso, pero tan sólo vio a Regor, el enano no dejaba de maldecir este lugar con cada pisada que daba, lo que provocó una amplia pero efímera sonrisa en el bello rostro de la joven. Tras contemplar durante unos instantes al que consideraba como un padre, recordó que no conseguía ver la situación de los soldados y que sus batidores aún no habían aparecido con noticias o un rumbo a seguir, además las horas no dejaban de correr en su contra para llegar a su destino. Fue entonces cuando se preguntó si asistirían a tiempo a la batalla.

Reanudó la marcha cabizbaja, con su mente cubierta por esa idea. No era la primera vez que ponía sus pensamientos en ese acontecimiento, desde que Ezarith se marchó, no había dejado de pensar en las posibilidades para llegar a tal evento así como en sus cualidades para ser una buena capitana. Un sinfín de preguntas asediaron su cabeza, preguntas sobre su capacidad para dirigir vidas, personas que poseen familia y que nada tienen que ver con figuritas de madera sobre un mapa de guerra, preguntas sobre sus dotes como guerrera y su capacidad para arrebatar vidas, preguntas sobre la barbarie de la guerra… demasiadas preguntas.
La gran capitana de los hombres de Aralia, la voz que regirá el destino de muchos y la persona que cambiará la historia de toda una nación, jamás había visto una batalla.
Un gran agobio creció en su interior al desbocarse tantas imágenes en su mente, en poco más de una semana, su vida había cambiado por completo. Un torrente de responsabilidades, preocupaciones y cometidos habían devastado su anterior forma de vida para desembocar en un mar de confusiones.

Ara intentó reconfortarse de los malos pensamientos, miró hacia los lados en busca del enano, pero sólo consiguió aumentar aún más su nerviosismo, la niebla, densa y traicionera, parecía haberla dejado sola.
Atrapada por un espeso manto blanco, liviano como el aire pero frío como un témpano, buscó en vano la figura de algún conocido, pero la niebla había conseguido engullirla. No podía escuchar nada, tan sólo sus violentos jadeos que chocaban estrepitosamente contra su yelmo. Se paró en seco e inconscientemente, se llevo ambas manos a la empuñadura de su espada, cuya hoja había entrado muchas veces en combate pero nunca se había teñido de sangre.

Escudriñó la niebla mientras que esperaba la aparición de algún compañero, sus ojos no dejaban de moverse nerviosos hacia todos los lados, pero nadie llegaba. El tiempo parecía suspendido, los segundos se habían convertido en siglos y una vez más recordó las circunstancias en las que se encontraba ella y sus hombres. Lejos de sentirse angustiada por la situación intentó mantener la calma y agudizar sus sentidos. Cerró los ojos y respiró profundo. Lentamente sus párpados fueron subiendo hasta que sobresaltada retrocedió un par de pasos.
Una lúgubre sombra flotante había aparecido delante de ella y parecía haberse fundido con la niebla. En un primer momento Ara pensó que se trataba de alguno de sus hombres que marchaba por delante, pero descartó esa idea al sentir un frío sobrenatural en su espalda.

Rápidamente desenfundó a Yxaril y se dio la vuelta para buscar a su enemigo, pero tan sólo había un blanco resplandor. Giró sobre sí misma varias veces en posición de combate, con los brazos hacia adelante, cogiendo con las dos manos su espada dispuesta a plantar cara a cualquier horror que apareciese en la niebla, pero los segundos, eternidades a su parecer, pasaban sin que ocurriese nada, sólo frío. Tras unos instantes, adoptó una posición defensiva situando la parte plana de la hoja a la altura de su hombro y utilizando los poderes de Yxaril, la espada de cristal para reflejar los peligros. No tardó mucho tiempo en ver como rápidamente la niebla iba tomando una forma amorfa hasta convertirse en una vaga sombra situada justo detrás de ella. El terror se apoderó de la muchacha en el momento en el que sentía como poco a poco se iba ahogando. Tenía la sensación de haber sido devorada por la niebla y presa del pánico se quitó su yelmo para buscar algo de aire con tanto ímpetu que cayó hacia delante.
De rodillas en el frío suelo y sin aire, pensó que sólo podía hacer una cosa, desplegó sus alas y salió disparada hacia el cielo.
Su impulso inicial fue bastante poderoso, pero sentía como la niebla intentaba amarrarla al suelo e impedir su huida, así que agitó sus poderosas alas enérgicamente y salió lanzada hacia el cielo con tanta fuerza que chocó contra una rama y a punto estuvo de desestabilizarse, pero consiguió librarse de aquello que fuera lo que intentaba ahogarla.

Subió al cielo infinito hasta estar justo por encima de las nubes, las cuales se encontraban por todo el valle, envolviéndolo en un manto de espesa blancura a la que sólo los picos de los árboles más altos podían resistirse.

 

An_Tuan

Member
Muchísimas gracias Haefnir!!!

Me alegra un montón que te haya gustado. Cuenta con que sin duda seguiré narrando las aventuras de Ara aunque sea para Tel y para ti. Muchas gracias de nuevo.

Un saludo!!!
 

An_Tuan

Member
Pues la verdad es que no sabría decirte Bertosaurio! jajajaja

Nosotros utilizamos un sistema rotativo de DM y en esta partida en concreto se trataba de que todas las historias debían tener un nexo en común, en particular Ara. Mientras que el primero la trajo como un bebé, poco a poco cada DM fue aportando su matiz sobre la muchacha. Desde luego que si tuviese que decir una raza seria celestial. La partida estuvo muy bien, espero poder contarla de una buena forma.

Un saludo!!!
 
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